Si algo caracteriza nuestros melones es, sin duda, la tierra privilegiada en la que los cultivamos.

A apenas 2km del mar tenemos sembradas nuestras meloneras, en tierra de marjalería, caracterizada por ser humedal, con una tierra salina, oscura y húmeda. Los melones de Chilches no son de secano, ni mucho menos, requieren una estrategia de regadío complicada.

Nos hemos adaptado a la nueva agricultura y tenemos instalado el riego por goteo, sin embargo, es complicado mantener el grado justo de humedad de la tierra para que produzca el mejor melón.

Abrimos las llaves de paso para que se rieguen, volvemos y las cerramos para que no encharque, de vez en cuando un escape en alguna goma nos prepara un pequeño barrizal que suele disfrutar nuestro pequeño de la casa (le encanta “pastar” el barro cuando estamos en el melonar) y a veces también “¿tenemos abierto o cerrado?” Vuelta a revisar cómo está la sazón. El mejor melón, requiere los mejores cuidados y mucha dedicación.

El mejor melón requiere tres elementos fundamentales: la tierra, el agua y el cariño de quién los cultiva. Todas las profesiones son vocacionales, pero tanto el tío Pepe como Jose son unos apasionados del campo y eso, a la larga, se traduce en buen hacer, paciencia y mimar las meloneras. Así se consigue el mejor melón.

Vamos a ser osados y le vamos a añadir un cuarto elemento fundamental para conseguir el mejor melón: la tierra, el agua, los cuidados y, además, tiene que ser Gamberro. ¡Así el mejor melón está garantizado!

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